Manejo: Citroën C3. Barato y alegre

Qué importante es este nuevo C3. Con 3,5 millones de unidades producidas desde 2002, las razones materiales básicas se dejan sentir. Lo más interesante es que encarna la verdadera renovación de la marca. Después del C4 Cactus, el concept car aprobado (y a veces un poco desordenado), esta tercera generación del C3 es la punta de lanza de una marca un tanto desestabilizada por su cisma con DS: más confort y bienestar a bordo. ¿Tendrá éxito? ¿Quieres encontrar tu coche de ocasión en Barcelona al mejor precio? Elige el concesionario de coches de segunda mano en Barcelona Crestanevada.

 

Sí, bastante. Para esta tercera generación, los diseñadores de Citroën han desechado los códigos estilísticos del C3 anterior. Adiós al capó hundido y al perfil en forma de compás, en favor de un techo mucho más rectilíneo (pierde 4 cm de altura) y un diseño bicolor, sin olvidar un frontal macizo. Cuidado: masivo, quizás, pero no por ello desagradable (aprende de él, pequeño Tiguan). Encontramos todos los códigos Citroën, con la triple fila de luces, los montantes negros del parabrisas y la toma de aire central. Los LED, situados muy altos y en el exterior, contribuyen en gran medida a la sensación de anchura y a un capó muy alto. Según el nivel de acabado y las opciones, los faros antiniebla pueden ir rodeados de plástico de color a juego con el color del techo. El resultado es que en la vista trasera, este nuevo C3 es casi impresionante y me gusta.

 

Desde el lateral, lo que se aprecia enseguida son, por supuesto, los Airbumps, o su ausencia, según la configuración. Sí, es evidente que la marca ha escuchado a los detractores de estas cápsulas de aire incrustadas en plástico (poliuretano termoplástico alifático, para ser precisos): estos Airbumps se facturan a 200 euros en los dos primeros niveles de la gama y gratis en el tercero, Shine. Personalmente, siempre me ha gustado este concepto de protección dizaïn y casi encuentro los paneles de los balancines un poco vacíos una vez despojados de estos 7 cuadraditos blandos – esperemos que el primero de ellos también se resalte con un toque de color. A continuación, nuestros ojos se fijan en los imponentes pasos de rueda de estilo SUV, que realzan aún más el carácter del coche.

 

Es en la parte trasera donde tengo algunas dudas. No por los faros (aunque el supuesto «efecto 3D» me deja bastante dudoso), no por la forma del portón trasero tomada del 208 (recordemos que el C3 comparte plataforma y célula del habitáculo con el pequeño Peugeot), sino por el muy -demasiado- plástico a ambos lados de la matrícula. Un poco demasiado. Ten en cuenta, sin embargo, que si compras las grandes llantas de 17″ del Cactus, el efecto se desvanece… Pero, ¿cuántos C3 con ruedas grandes verás por las calles? No muchos, me temo…

 

También en este caso, la misión fue un éxito. Al mismo tiempo, lo contrario habría sido vergonzoso: como se afirma en la introducción, este nuevo C3 es el representante del «nuevo Citroën» y, por tanto, debe ofrecer lo mejor en términos de confort y bienestar a bordo. Empieza bien con los asientos delanteros, con un diseño original (básicamente una reinterpretación del famoso «sofá» del Cactus con más sujeción lateral) y que ofrecen un mullido que, según mis posaderas, tiene pocos equivalentes en la producción automovilística actual. Cuidado: es blando, pero no suave como los asientos corridos franceses de los años 70. No, el deslizador está colocado con mucha precisión. Es realmente muy agradable.